martes, 15 de octubre de 2019

Liebe ist für alle da

Ayer alguien me preguntaba si alguno de los machos que se cruzan por mi vida no intenta alzarse como aquel que me condujo a la monogamia. Si bien me hizo pensar en si alguno de ellos tenía auténticas expectativas, (que lo hay), me pareció prácticamente insultante que mi interlocutor me imaginase a la espera de tal cosa.

Claro que cualquiera de nosotros, y cuando digo cualquiera, me refiero literalmente a cualquiera, estaría mejor con alguien al lado. Pero esa persona debería cumplir una serie de funciones que casi nadie es capaz de completar.

Una pareja debe no ser sólo alguien que te quiere y desea. También ha de ser alguien que eleva tu vida, que te inspira, que te complementa y te desafía, que te coloca en una posición para ser mejor persona, de una manera en cierto modo sumisa. Es alguien que te hace creer en ti de un modo en el que crees que está por encima de tus posibilidades. Que te ilumina. Que te apoya. Que no te da la razón cuando no la tienes, pero que no te abandonará porque no la tengas. Alguien en quien confiar casi tanto, o a veces más, que en ti mismo. Alguien que cargará con tus miedos y por quien cargarías los fardos existenciales más pesados que te puedas imaginar.

Con semejante definición miré a mi alrededor, de manera metafórica claro...

Y no había nadie.

No hay comentarios: