miércoles, 19 de diciembre de 2007

Saña

Primera hora de la tarde de un soleado pero frío día de invierno. La luz entra directamente por las traviesas de la ventana. Dentro de la habitación claridad suficiente como para leer y escribir, pero la luz se percibe con un tono amarillo, enfermizo.
Estancia pequeña, ligeramente caótica, hojas inundándolo todo. Incluyendo una mesa, una cama e incluso el suelo. Post-it amarillos por todas las paredes con frases escritas con una letra ilegible.
Una silueta recortada a contraluz aparece sentada frente al escritorio. Está parada, completamente inmóvil, frente a una pantalla.

“Mírate. Eres terca, terriblemente terca. Y estúpida, sí. Terriblemente estúpida. Te lo juraste, te lo juraste y perjuraste, dijiste que nunca volverías a pasar por esto, que harías todo lo posible por no tener que volver a hacerlo. Y mira…. ”

La luz cada vez entra con menos fuerza por la ventana, la estancia se va oscureciendo en tonos grises. Todo se va haciendo más frío, todo tiene un aspecto gélido. La figura sigue impasible frente al ordenador.

“¿Qué te queda ahora? Vamos, dime. Eh, valiente, ¿qué te queda? ¿Cuántos suspiros has recopilado hoy? ¿Cuánto amor? ¿Sigues sintiendo su calor a pesar de la distancia? No…. no te mientas, no me mientas. Sabías que esto era lo que iba a pasar. Sabías que no sería de otra forma, porque no puede serlo. Y aún así. Ilusa, tonta, ¡¡¡¡estúpida!!!! Te mereces todo este dolor. Te lo mereces, por pensar que podría ser diferente, que podrías ser mejor que el resto. Zorra prepotente”

La oscuridad ha inundado el habitáculo por completo. Una tenue y aún más demoledora luz anaranjada se cuela entre los agujeros de la persiana. De la silueta sólo vemos ahora el busto, recortado por la luz artificial del computador. La imagen es depresiva.

“¿Hasta cuándo vas a prolongar este dolor? ¿Hasta cuánto dolor? ¿Cuándo decidirás dejar de alargar esta asfixiante agonía? ¿Cuándo te darás cuenta de que has hecho mal y rectificarás? ¿Cuánto queda para que percibas claramente que es un error? ¡¡¡¡Vamos joder!!!! Reacciona zorra estúpida, esto no puede seguir así. Has fracasado. Lo has hecho. OTRA VEZ. No eres más que una mancha en la multitud, no eres diferente a ellos, eres tan mediocre como cualquiera de los demás”

En la pantalla empieza a parpadear un recuadro anaranjado. La silueta sale de su estado de vegetación: agarra el ratón y dirige el puntero hacía el recuadro naranja. Pincha encima y se abre una ventana en la pantalla. La silueta enciende un flexo: una luz blanca, esperanzadora la ilumina de forma semi-indirecta, descubrimos la sonrisa de una mujer.
Sonido de teclas, caracteres que aparecen sobre un recuadro dentro de la ventana recién abierta.: “Hola am....”

Se produce un apagón: la luz se va. La pantalla se apaga, el flexo se apaga. De nuevo la silueta iluminada únicamente por la anaranjada luz de las farolas del exterior. La silueta, primero solloza y luego rompe en un estrepitoso llanto. El sonido de sus lloros envuelve su figura recortada una vez más a contraluz, mientras, casi imperceptiblemente toda la imagen funde a negro.

1 comentario:

César dijo...

Me ha hecho mucha gracia el tag: mentiras autobiográficas.

Y tan mentira, porque tú no serías mediocre ni aunque te dedicaras exclusivamente a intentar serlo... Ya hablaremos sobre esta entrada.

Un besín