viernes, 23 de noviembre de 2007

Auto de fe

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Porque una vez se me rompió el alma. Que no el corazón. Es fácil notar la diferencia. Cuando te rompen el corazón lloras. Y si acaso te enrabias, ya sea durante un segundo o para toda la eternidad. Pero, amigo, cuando se te rompe el alma no respiras, y si por casualidad lo siguieras haciendo estarías tan vacío que el aire reventaría tu cuerpo desde dentro.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Érase un hombre al que se le partió el alma y el corazón a la vez.
Nunca supo que le dolió más.
Lloraba, maldecía, blasfemaba y renegaba de todo lo que le rodeaba.
Soñaba despierto, reía mientras lloraba y hablaba mientras deseaba estar callado.
Locura? Tal vez, pero aún hoy no ha conseguido unir de nuevo a su corazón y a su alma